- 02 May, 2022
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LA IMPORTANCIA DE LOS CICLOS EN EL DEPORTE
Crónica de una muerte anunciada
Parafraseando al gran escritor colombiano inicio este artículo con una idea: El fútbol es un ecosistema en el cual se pueden estudiar todos los procesos y fenómenos que encontramos en la vida tal cómo metáfora que es, y en este caso, en cualquier ciclo vital de una empresa u organización. En el tema que nos ocupa hoy hablamos del final de una era, el ocaso de un trayecto deportivo que ha abarcado la etapa más dorada de la historia del Barcelona.
El resultado de ayer, una derrota por 8-2 en competición europea, por abultado y asombroso no debe dejar de ser anecdótico a la vez que terapéutico. En cualquier evento circunstancial, en toda fase o proyecto de vida, a veces es mucho más positivo vivir una caída fuerte y traumática para poder disipar cualquier duda o vía a la esperanza de seguir por ese camino. Y es que como decía Bielsa: “La victoria es engañosa”.
El resultado nos pone en un abismo
Así, una derrota como la de ayer nos permite comprobar que el edificio, el proyecto, debe volver a nacer, y ya no valen parches que alarguen una agonía, una de las sensaciones más inquietantes que el ser humano puede percibir y el que el literato García-Márquez supo describir en aquella celebérrima novela, que viene vislumbrándose desde hace ya tres temporadas cuando antes de llegar Valverde la media de edad de los jugadores empezaba a aumentar y los referentes como Puyol, Xavi o Iniesta, por un proceso de madurez natural, dejaron de ser los símbolos del equipo.
El club, por complacencia y por egocentrismo, siguió izando tres banderas para defender su gestión a modo de maniobra política: los títulos, el saneamiento económico y la carta “Messi”, algo desgastada por entrar en una madurez futbolística que, sin estar acompañada de otras piezas renovadoras, ha caído sobre él todo el peso de manera injusta y desequilibrada.
El tiempo ha demostrado que ninguno de estos tres aspectos eran lo suficientemente fiable, y que en la vida si no tienes una base sólida, un buen barco que te mantenga en la superficie ante la zozobra de las circunstancias, el hundimiento es más que seguro. En una crisis económica como la actual, cuando sin proyecto deportivo no consigues estructurar una buena plantilla y esa caída en tu valor deportivo hace que no puedas fichar entrenadores que te ayuden a reflotar y confeccionar un futuro ya no te vale con tener al “mejor jugador del mundo”.
Algunas de las razones del ocaso
Una plantilla muy mayor, fuera de “forma deportiva”, no suficientemente bien dirigida en aspectos de gestión de vestuario y tácticos, sin liderazgos constructivos, no puede salvarte de un desastre que se avecinaba desde hacía meses. El parapeto del “somos muy buenos” ha caído en saco roto cuando ésta es la plantilla más cara de Europa.
Toda esa inacción y falta de una previsión constructiva, de futuro y generosa que toda directiva deportiva debe tener porque el club no es patrimonio suyo ni puedes transmitir el síndrome del sillón caliente para no hacer cambios y tener controlada la situación a tu favor. No puedes hipotecar el futuro de una entidad devaluando el valor de una plantilla, permitir que sea vox populi que la plantilla manda más que los dirigentes y que episodios como los de Piqué, Vidal o Arthur te dejen en evidencia, de unos valores con perfiles que han demostrado estar muy por debajo de las exigencias, y es que, dejando a un lado el mal llamado elitismo deportivo, el fichaje rándom del staff Setién-Sarabia fue una idea de aquellas que uno llamada de “bombero jubilado”. El tiempo ha dado la razón a los escépticos. Bendito sean los planes estratégicos y elevados perfiles para su aplicación, desarrollo y supervisión.
